Como ya sabréis, rebotar el flash al techo, a un reflector o a una pared en muchas circunstancias puede ser una buena idea para mejorar la iluminación en nuestra foto.
Esto nos dará una luz más suave y uniforme, consiguiendo un look mucho más natural, ya que a efectos prácticos estaremos convirtiendo ese techo en nuestra fuente de luz indirecta y de gran tamaño.
¿Pero qué pasa si no tenemos un flash de mano con cabeza basculante sino que simplemente disponemos del flash integrado de nuestra cámara?
Bueno, pues la opción de presupuesto cero – y un tanto ortopédica – ya os la hemos enseñado y consiste en utilizar un trozo de cartulina plateada que podemos llevar siempre en la bolsa de la cámara. Esto sirve casi para cualquier cámara con flash y, con un poco de ingenio y cinta adhesiva, podemos mejorarlo.
Pero si queremos un poquito más de comodidad y fiabilidad, podemos emplear un accesorio muy sencillo como el famoso Easy Bounce que podéis encontrar a la venta en eBay para vuestro modelo de cámara y sólo os costará unos 16 euros.
Este ingenioso artilugio nos permitirá hacer lo mismo, pero de un modo mucho más estable y con menor pérdida de luz, mejor en definitiva. Además, se desmonta, pliega y transporta de manera sencilla.
Además, tal y como veis en el vídeo (digo “veis” porque entenderlo, en alemán, es un poco más difícil), se puede regular el ángulo de inclinación para manejar la dirección de la luz hacia el techo o pared a nuestro antojo, e incluye también la opción de usarlo como difusor directo, aunque sinceramente eso se nota mucho menos.
Si lo usamos como difusor, al ser de un tamaño tan pequeño y estar a una distancia mínima del flash, realmente no habrá una diferencia que se note muchísimo. Sin embargo, si lo usamos como reflector, podremos conseguir diferentes resultados.
Tened en cuenta también, que si queremos hacer un encuadre picado o contrapicado y el techo (o la pared) está a nivel, vamos a necesitar sí o sí ese ajuste del ángulo para conseguir que la luz lleve la dirección que nosotros buscamos.
Otra alternativa es el clásico Lightscoop, pero parece bastante más limitado, al no ser regulable, e incómodo para transportar.
Ya sabéis, no dejéis de probar los resultados tan diferentes que podéis obtener al rebotar el flash integrado y, contemplad este consejo de llevar siempre esa pequeña herramienta en vuestra bolsa.
Fuente: xatakafoto.com
Autor: Santiago Díaz
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