¿Conoces el sweet spot? Consigue fotos más nítidas

¿Sabes lo que es el sweet spot de tus objetivos y cómo detectarlo? El sweet spot es un punto en la apertura en la que el rendimiento óptico de un objetivo mejora notablemente, pero no todos saben detectarlo. Hoy te enseñaremos a hacer uso de él para tomar las imágenes más nítidas que hayas disparado nunca.

Si acabas de empezar a fotografiar, tal vez esto del 'sweet spot', o 'punto dulce' no te sonará de nada, y es un aspecto absolutamente necesario para poder sacar el mayor partido a tus objetivos y conseguir fotos más nítidas. Hablaremos un poco de cómo la luz atraviesa el objetivo y cómo influye la apertura en la nitidez del resultado final, además, os daré algunos consejos para disparar siempre con este punto.

El 'sweet spot' o 'punto dulce' de un objetivo fotográfico, es el punto de apertura en el que la imagen mejora considerablemente su calidad, a costa de perder luminosidad por cerrar el diafragma. Esta nomenclatura viene heredada del tenis, en el que se le llama 'sweet spot' al punto central de la raqueta, el punto en el que se concentra toda la fuerza del brazo proporcionando al deportista el rebote más potente posible.


Los resultados prácticos del 'sweet spot'

Para identificar este punto en nuestro objetivo, debemos tener en cuenta que el 'sweet spot' se encontraría entre 2 y 3 stops por encima de nuestra máxima apertura. Según estos cálculos, si tenemos un objetivo de kit 18-55mm f./3.5-5.6, para alcanzar el sweet spot a 18mm, deberíamos irnos entre f,/8-11; si tenemos un objetivo de apertura f./2.8, deberíamos probar entre f./5.6-8; y para objetivos ultraluminosos de f./1.4, deberíamos buscar el sweet spot entre f./2.8-4. Tener en nuestro haber un objetivo luminoso nos permitirá rebajar la apertura a la que conseguiremos el máximo rendimiento de la cristalería, además de permitirnos hacer fotografías con luz de farolas o fuego sin necesidad de usar el flash.

Entrando en la práctica, os traigo una muestra de mi objetivo, un Tamron 17-50mm f./2.8, que me ha proporcionado bastantes alegrías por su apertura y su buen rendimiento cuando cierro a f./4-5.6. Veamos una muestra central a distintas aperturas, como son f./2.8, f./4, f./5.6 y f./8...

Como podemos ver, a f./2.8 la calidad del objetivo deja mucho que desear, pero en cuanto subo un stop completo hasta f./4, la calidad aumenta de forma considerable, dándome una foto mucho más nítida a pesar de haber aumentado la ISO a 800. En retratos, el uso del sweet spot es aún más importante, y la diferencia cuando ampliamos al 100%, especialmente en las cejas o pestañas, es abismal. A f./5.6 y f./8 la calidad diría que aumentaría un poquito más, pero muy poquito en comparación al salto entre f./2.8 y f./4. Y todo esto lo hemos conseguido simplemente cerrando un stop el diafragma, sin ningún tipo de retoque.

Las esquinas son también un punto donde podemos apreciar las subidas y bajadas de calidad, ya que se encuentran menos trabajadas que el centro...

En la muestra de las esquinas podemos ver cómo hay una mejoría apreciable aunque no destacable de f./2.8 a f./4. La nitidez aumenta aunque no de forma tan drástica como en la muestra central, pero podemos verla en las cejas de la chica, que quedan mejor contrastadas y en las flores situadas en el cuello de la chica, un punto de contraste entre el blanco y el gris oscuro que vemos que queda mucho mejor delineado a partir de f./4.


Determinando el sweet spot de tu objetivo

La mejor prueba que podemos realizar para determinar el 'sweet spot', es colocar la cámara en un trípode en un lugar luminoso manteniendo el encuadre e intentando que sean velocidades que no bajen de 1/60-1/100, para trabajar con velocidades cercanas a la realidad. Tras esto, elegir un objeto, póster o persona para hacer las fotografías, cambiando el diafragma paso a paso, encuadrando en el elemento central alguna zona de bastante contraste como los ojos o unas letras. ATENCIÓN: al hacer las fotografías hay que pasar de stop en stop, es decir, no hay que variar la apertura por tercios, debemos hacerlas mediante la siguiente progresión: 1.4, 2, 2.8, 4, 5.6, 8, 11, 16, 22 y 32. También hay que señalar que normalmente no es necesario hacer fotografías más allá de f./11, porque el objetivo tendrá su sweet spot en los puntos intermedios y es bastante improbable que vayamos a usar un diafragma tan cerrado si no vamos a hacer una larga exposición.

Es debido al sweet spot que un objetivo de kit como es el 18-55mm f./3.5-5.6 puede ofrecer grandes resultados, porque en aperturas como f./8 o f./11, conseguiremos una calidad de imagen bastante equiparable a la mayoría de objetivos en el mercado. ¿Entonces, cuál es la diferencia si puedo sacar imágenes igual de nítidas con el objetivo de kit sin tener que gastarme 500€? El mayor inconveniente del objetivo de kit es que es extremadamente poco luminoso y tiene cierta tendencia a generar aberraciones cromáticas. Un objetivo de 500€ te dará buenos resultados a aperturas mucho más bajas —por ejemplo, f./5.6— que tu objetivo de kit, generará menos aberraciones cromáticas, y si son luminosos, te permitirán disparar con las luces de las farolas sin tener que hacer uso del flash, consiguiendo resultados más naturales.


Recomendaciones

Para los más minuciosos con la nitidez, os recomendaría la compra de un objetivo luminoso.

La compra de un flash. La compra de un flash externo es una gran opción porque gracias a la tecnología E-TTL, podemos indicar en la cámara que queremos realizar una toma a 1/200, f./8 e ISO 100, y el flash se programará automáticamente para exponer correctamente la fotografía. Con esto nos aseguramos que siempre estaremos tomando fotografías dentro de nuestro sweet spot y que éstas nunca quedarán subexpuestas.


Fuente: altfoto.com

Autor: Daniel Jiménez

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